En sueños nos encontraremos

Zoe despertó por la mañana arropada por la cálida luz otoñal del sol que se filtraba por las cortinas, con mariposas azules y anaranjadas, de su dormitorio. Enseguida olió el aroma de las deliciosas tortitas con mantequilla y canela que su madre, María, solía cocinar los sábados. Se sentó en su cama para desperezarse, estirando los brazos mientras bostezaba y… allí estaba de nuevo aquel miedo que le atenazaba el corazón y la acompañaba desde hacía semanas. Zoe no sabía cómo había llegado a su vida aquel miedo, pero entró sin pedir permiso y allí se quedó. Aquel miedo a soltar la mano de mamá y papá. A perder ese tacto cálido en su manita que le hacía sentirse protegida y segura. ¿Qué pasaría si sus padres le soltaran la mano? Se sentiría perdida, sola, y eso le daba mucho, pero que mucho miedo. 5

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